Javiera Cornejo

Entré a este grupo de apoyo sin tener muchas expectativas realistas de lo que sería o significaría para mí, más que el hecho de ser un paso más en este largo camino de la recuperación. Como sobreviviente del ASI estoy acostumbrada a las subidas y bajadas de este proceso, así que me imaginé que escucharía y quizás eso me ayudaría a reconciliarme con mis propias heridas, me imaginé quizás círculos con gente presentándose y muchos clichés más… lo que jamás imaginé fue encontrar un lugar de cobijo, un espacio de amor y regaloneo, de conversas y apoyo incondicional, con consejos necesarios y testimonios más cercanos de lo que ninguna podía dimensionar. Escuchar a otras personas experimentando cosas tan similares y diversas fue a la vez doloroso y sanador. Nada me podría haber preparado para lo que significó esta experiencia y me agradezco tanto por haberme permitido vivirla. La conciencia de que no soy una mujer rota, sucia o culpable cada día va tomando más fuerza y esas nociones se las debo en gran parte a este grupo y sus maravillosas integrantes.

Volver