¿Por qué Fundación La María?

Fundación La María nació a partir de un proceso real de resignificación.
Su origen está en la experiencia de una persona que, tras atravesar su propio camino de comprensión, reparación y transformación, comprendió la importancia de contar con espacios seguros, humanos y especializados para sobrevivientes de abuso sexual infantil.

Desde esa vivencia personal surgió la convicción de crear un lugar donde nadie tuviera que recorrer este camino en soledad. Con el tiempo, esa intención se transformó en una misión colectiva: acompañar procesos de resignificación con dignidad, cuidado y esperanza, integrando conocimiento profesional, sensibilidad y una mirada comunitaria.

El origen de nuestro nombre

“El nombre La María refleja una realidad profundamente presente en nuestra región.” María” es uno de los nombres más comunes de Latinoamérica. De hecho:

  • En México, “María” ha sido consistentemente el nombre femenino más registrado durante décadas.

  • En Guatemala, más de 1.6 millones de mujeres y niñas se llaman María.

  • En países como Colombia, Perú, Ecuador, Argentina y Chile, María figura entre los primeros lugares de los registros civiles durante buena parte del siglo XX y XXI.

  • A nivel continental, estimaciones demográficas indican que decenas de millones de mujeres latinoamericanas llevan este nombre como parte de su identidad formal o compuesta (María José, María Fernanda, María Alejandra, etc.).

Es, literalmente, un nombre que atraviesa generaciones, territorios y culturas. Su presencia es tan masiva que, en muchas familias, cada generación tiene al menos una María. Pero esta familiaridad convive con una realidad dolorosa:

María y la realidad latinoamericana

Latinoamérica es una de las regiones con mayor prevalencia de abuso sexual infantil en el mundo. Investigaciones internacionales estiman que:

  • 1 de cada 5 niñas, y

  • 1 de cada 13 niños,

sufren abuso sexual antes de los 18 años. Y en la mayoría de los casos, estas experiencias nunca llegan a denunciarse ni reciben acompañamiento profesional.

Cuando cruzamos estas dos realidades —la enorme cantidad de personas llamadas María y la altísima prevalencia de abuso sexual infantil— surge una reflexión inevitable:

En nuestra región, es muy probable que muchas Marías hayan vivido una herida que aún no han podido nombrar, elaborar, integrar y reparar.

Por eso, el nombre de la fundación no representa a una persona específica. Representa una realidad colectiva, silenciosa y urgente. Habla de millones de historias que, aunque no siempre se conocen, necesitan acompañamiento seguro, ético y especializado.

La María y El Fantasma

La María es una figura simbólica que representa a quienes han vivido experiencias traumáticas en su infancia y buscan un camino para comprender, reparar y resignificar su historia.

Encarna:

  • La búsqueda de un refugio seguro,
  • El derecho a comprender su propia historia,
  • La posibilidad de volver a confiar en sí misma y en otros,
  • La fuerza de quienes transforman un dolor impuesto en una oportunidad de crecimiento.

El Fantasma es una metáfora del trauma y sus efectos.

No es una amenaza ni un enemigo. Es la representación simbólica de aquello que permanece cuando una experiencia dolorosa no pudo ser nombrada ni acompañada:

  • Recuerdos fragmentados,
  • Emociones intensas sin explicación,
  • Silencios o temores que persisten,
  • Presencia interna que busca integración.

Nuestro trabajo no consiste en eliminar al Fantasma. Consiste en acompañar a la persona para que esa presencia deje de condicionar su vida desde las sombras y encuentre un espacio seguro dentro de su narrativa personal.

Lo que nos mueve

La experiencia que dio origen a esta fundación nos recuerda que la resignificación es posible, pero nunca debería vivirse sola. Por eso existimos: para acompañar, para transformar, para abrir caminos de reparación accesibles, sensibles y basados en evidencia.

Queremos que el trauma deje de definir vidas y se convierta en un capítulo que pueda ser integrado con cuidado, respeto y profesionalismo.

Ese es nuestro compromiso.
Esa es nuestra misión.
Esa es La María.

 

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